Mucha historia, pocos regalos

Tres veces capital de Venezuela. Codiciada por piratas, asediada por guerreros, preferida por la belleza de su entorno y la riqueza de sus suelos, Valencia del Rey arriba hoy a su cumpleaños número 456. Fundada en un hermoso valle surcado por el río Cabriales y muy cercano al lago de los Tacarigua, llamado así no porque hubiese ninguna tribu con tal apelativo sino por una especie de palmera que crecía en sus orillas.

Desde sus primeros pobladores, que por los rastros de petroglifos encontrados en las zonas del lago y de Vigirima, se estima que llegaron muy posiblemente de la zona de los llanos occidentales, unos cuatro mil años a.C. a esta ciudad de más de un millón de habitantes que se ubica como la tercera de Venezuela, ha corrido mucha agua por debajo de los puentes del Cabriales.

¿456 años?

Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre quién fue el padre de la criatura, es decir, el fundador de la ciudad y tampoco sobre el año que esto ocurrió. Pero todos coinciden en que fue un 25 de marzo porque ése es el día de la Anunciación y la ciudad fue fundada bajo la advocación de Nuestra Señora de la Anunciación de Nueva Valencia del Rey. Buscaban mudar a los pobladores de Nuestra Señora de la Concepción de la Borburata, fundada por Juan de Villegas en 1548, porque el continuo asalto de piratas hacía inviable permanecer en tan peligrosos puestos costeros.

El problema de la fecha y autoría de la fundación es que Valencia no fue fundada formalmente sino como un puesto de emergencia. En el valle ya había un hato que pertenecía al capitán Vicente Díaz (lo cual lo convierte según los historiadores en el primer poblador de Valencia) y alrededor de él comenzó a levantarse la villa. El Capitán General de la provincia, Alonso Arias de Villasinda (nacido, por cierto, en la ciudad española de Valencia de Don Juan) ordenó mudarse a este sitio alternativo, protegido por la cordillera costera y envió a su pariente Alonso Díaz Moreno a cumplir el mandato. Desde que el historiador José Oviedo y Baños precisó en 1723 que Valencia fue fundada en 1555 por Alonso Díaz Moreno cumpliendo las órdenes del capitán general, así quedó para la historia. Después de Borburata, Valencia fue la segunda ciudad que se fundó en el centro del país.

Ciudad asediada

Sin embargo, no hay ningún acta fundacional que se conozca. Es muy probable que ese documento se haya extraviado cuando el Tirano Aguirre arrasó la ciudad en 1561, obligando a sus habitantes a huir a las islas en el lago. O en 1677 cuando la Nueva Valencia fue incendiada por piratas franceses y valiosa documentación guardada en su Ayuntamiento se perdió. Según el Cronista de Valencia, don Guillermo Mujica Sevilla, Trincheras se llama así porque allí colocaban las defensas de Valencia para impedir el paso de los piratas. En 1800 el sabio alemán Alejandro de Humboldt visitó la ciudad, que ya estaba bajo la advocación de la Virgen del Socorro y escribió que la villa contaba con entre 6 y 7 mil habitantes.

Cuenta el cronista que en 1811, cuando surge el movimiento independentista, Valencia se alinea en el lado realista, en desacuerdo con la independencia de la colonia de España. La ciudad sufrió el sitio del Marqués del Toro, que no pudo pasar de Mariara, donde fue atacado con piedras y flechas. Después del terremoto de 1812, Valencia es nombrada capital de Venezuela y el Congreso se muda. Viene el Generalísimo Francisco de Miranda acompañado de su asistente Simón Bolívar, pero el realista Monteverde ataca y las fuerzas patriotas capitulan, con lo que cae la Primera República.

En 1814, en plena guerra independentista, Valencia es sitiada en un par de oportunidades, con saldos sangrientos. Tanto el Convento de San Buenaventura (luego Facultad de Derecho de la UC) como el hospital San Antonio de Padua (hoy Casa de la Estrella) se llenaron de muertos y heridos. Aunque el General Rafael Urdaneta triunfa en la primera Batalla de Carabobo, la ciudad vuelve a caer poco después en manos realistas, nada menos que en las del sanguinario José Tomás Boves.

La ciudad se rinde ante la carnicería y Boves aparentemente acepta esta rendición pacífica, prometiendo respetar a los valencianos. Para mostrar sus buenas intenciones invita a un gran baile al cual debían acudir todos los principales de Valencia con sus esposas. El agasajo se realizó en la llamada Casa del Suizo, situada en lo que es hoy la calle Constitución con Páez. Allí ocurrió una de las escenas más escalofriantes de la historia venezolana porque todos los hombres fueron vilmente asesinados, mientras a las damas se las obligaba a bailar "El Piquirico", baile vulgar de la plebe, para luego ser violadas por la tropa mientras presenciaban horrorizadas el asesinato de sus esposos. Según el cronista Mujica Sevilla, entre las víctimas estuvo Francisco Espejo, quien fue fusilado en la esquina donde estaba el Cine Imperio, avenida Urdaneta cruce con Libertad.

Valencia fue la sede logística de la batalla de Carabobo, que dio la libertad definitiva a Venezuela y el 30 de junio de ese año 1821 se crea aquí el primer Concejo Municipal de la era republicana. En 1830 es por segunda vez la capital, cuando el Congreso se reúne en la Casa de la Estrella para declarar la separación de Venezuela de la Gran Colombia y promulgar la primera Constitución de la República. En 1858 Valencia es por tercera vez capital de la República, al ser sede de la Convención Nacional luego de la salida del poder de los hermanos Monagas por la revolución de marzo.

Llena de historia

En el transcurso del siglo XIX, dos acontecimientos marcaron el empuje de Valencia como ciudad relevante. El prócer José Antonio Páez, tres veces Presidente de la República, enamorado de la bella y culta valenciana Barbarita Nieves, establece su residencia en la ciudad, convirtiéndola en un polo político y cultural. Lo segundo, desde 1852 Valencia es ciudad universitaria, pues aquí se crearon cuatro facultades que luego se convertirían en la Universidad de Valencia y más tarde, en la Universidad de Carabobo.

Su catedral, que guarda la imagen de la Patrona Nuestra Señora del Socorro, es también última morada de próceres como Atanasio Girardot y de hijos ilustres como el Cardenal José Alí Lebrún. Todavía se conservan edificaciones como la Casa de los Celis, propiedad en 1776 de Don Ramón Ibarrolarobu, fue sede del velatorio de los próceres Cedeño y Plaza, y actualmente alberga valiosas colecciones arqueológicas y artísticas. La Casa Páez todavía conserva objetos personales de su ilustre huésped, mobiliario, artefactos y es escenario de eventos organizados por la Sociedad de Amigos de Valencia.

El Centro de la ciudad está lleno de historia: el Capitolio era un convento de monjas carmelitas; la iglesia de San Francisco es una de las edificaciones más antiguas, construida en 1634; el bello Teatro Municipal, con el plafond de Herrera Toro de 1892; la casona del Rectorado construida en 1888 para ser estación principal del ferrocarril. Estas edificaciones y muchas otras que hoy son tratadas de forma indigna forman parte del patrimonio histórico de una ciudad que ha dado en menos de un siglo pasos gigantescos hacia la modernidad. Los últimos 50 años han encaminado a Valencia como la capital industrial del país.

La cuna de Miguel José Sanz, Miguel Peña, José Rafael Pocaterra, Enrique Bernardo Núñez, Arturo Michelena, Andrés Pérez Mujica, Enrique Tejera, ha visto pasar buenos y malos gobernantes. Valencia se ha levantado sobre sus cenizas varias veces. Es una fuerza motora que llaman "la valencianidad" y que tiene el poder de capear tempestades y sobrevivir. Valencia espera por otro Alcalde como Paco Cabrera, espera por su Metro, por el respeto ciudadano, por la reorganización urbana y por la paz de la que carece en este nuevo aniversario. 456 años sobreviviendo avatares dan la paciencia necesaria para esperar mejores tiempos.

NOTITARDE (Charito Rojas)

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